martes, 23 de junio de 2009

Articulo en La Voz de Galicia

LA VOZ DE GALICIA

Una pieza del rompecabezas gallego encajada en Panamá

Una tesis doctoral analiza la emigración al istmo en los años sesenta, fenómeno que hizo que pueblos de Ourense perdieran casi la mitad de su población.

Olga Suarez

La teoría de la deriva continental trata de demostrar que todos los continentes estuvieron unidos al inicio de la historia y, de hecho, su forma actual parece encajar como un rompecabezas. Según esta propuesta de Alfred Wegener, la Península Ibérica encajaría en el hueco entre Norteamérica y América del Sur, y Galicia podría quedar unida a Panamá.
En los años sesenta, otra pieza del rompecabezas gallego viajó en bloque al país centroamericano y ha escrito una página de su historia. Entre 1960 y 1970 el municipio ourensano de Borborás vio disminuir su población en un 41%. La razón: emigración masiva a Panamá. La gran mayoría escogieron el mismo destino, se dedicaron a los mismos oficios y casi todos regresan hoy a pasar la jubilación en su tierra natal. Siguen un patrón similar que analiza ahora el historiador Francisco Sieiro Benedetto, hijo de uno de los jóvenes que formó parte de aquel viaje masivo, y que intenta explicar las razones, peculiaridades y efectos de aquel éxodo, que difiere bastante del que llevaron a cabo muchos otros gallegos a Argentina, Cuba, Venezuela o Brasil, así como los que se instalaron en Europa.
Sin duda, esas familias han marcado el destino de un país cuya población solo supera por medio millón de habitantes a la de la comunidad. Actualmente viven unos nueve mil gallegos, que forman un colectivo emprendedor, activo y dedicado en gran parte a la hostelería, sector en el que dan trabajo a miles de panameños. Casi todos ellos son ourensanos, más concretamente de la zona de O Carballiño y aún más todavía del concello de Borborás y las parroquias de Feás, Pazos y Albarellos. A pesar de que su integración fue total, eran reacios a desprenderse de sus orígenes, razón por la que solían casarse con otros gallegos.
¿Por qué Panamá? Una de las preguntas que centran la investigación de Francisco Sieiro es la razón que movió a este colectivo a trasladarse a un punto concreto del planeta, «cuando en otra localidad situada a pocos kilómetros todo el pueblo emigró a México». Es singular por el tiempo en el que ocurre (la década de los sesenta), cuando la emigración gallega se dirigía más hacia Centroeuropa. Y tampoco son las razones que movieron a miles de ciudadanos a dejar España, o bien por motivos ideológicos, o bien por cuestiones económicas. «No emigraron los más pobres ?explica? aunque la razón económica influyó, se movían más por las ganas de crecer». Lo hicieron en un primer momento gracias a la venta ambulante, pero más tarde descubrieron un negocio mejor: la fabricación de muebles. Hasta tal punto el grupo de españoles se identificó con este gremio que los panameños llegaron a referirse a los gallegos como los «mueblicultores». Algo cambió con la década de los ochenta y el auge del turismo de Colombia y Venezuela hacia el pequeño país vecino. Un emigrante atisbó el negocio y le siguieron sus paisanos. A día de hoy algunas de las cadenas hoteleras más importante del país siguen teniendo sangre ourensana.
Lo que intenta ahora el primer historiador que analiza el éxodo hacia Panamá a mediados del siglo pasado, motivado por sus propias raíces, es hallar al primer ourensano que realizó aquel viaje de ida y vuelta y que animó a sus compatriotas a acompañarle en su suerte. La investigación le ha llevado a varios nombres que datan de finales del siglo XIX y tiene constancia también de los trabajadores gallegos que fueron contratados para la construcción del Canal de Panamá, hace ya 101 años. En aquella gran obra participaron obreros de diversas partes del mundo pero fueron los originarios de Galicia los que tenían fama de ser los mejores trabajadores. No ha querido sin embargo ahondar en aquel proyecto del que ya existen dos investigaciones completas.
Pero no había nada escrito sobre el proceso migratorio hacia Panamá que se desarrolló en los años sesenta, razón por la que ha centrado en aquella década su trabajo. «Lo más positivo es que he podido hablar con la gran mayoría de protagonistas de aquella historia», con los que han regresado y con los que hicieron raíces en Panamá. Ahora, ultima los preparativos de su trabajo doctoral y prepara una exposición con todo el material fotográfico que ha ido recopilando a lo largo de dos años y que se mostrará a ambos lados del charco.

http://www.lavozdegalicia.es/lavozdelaemigracion/2009/06/04/00031244103205451492786.htm